«Cuando los Directivos se salen de Control: ¿Un Problema Ignorado o es tolerancia? En ocasiones, los líderes empresariales muestran señales preocupantes de impulsividad descontrolada.
Este tipo de comportamiento no solo puede ser perjudicial para el ambiente laboral, sino que también puede ser indicativo de problemas subyacentes más serios, como frustración, incompetencia o incluso problemas psicológicos no tratados.
La falta de autocontrol puede manifestarse de diversas maneras, desde actos de violencia hasta presión excesiva sobre los empleados. Sorprendentemente, en algunas organizaciones, estas características son malinterpretadas como rasgos positivos, lo que lleva a la promoción indebida de individuos carentes de control emocional.
Es alarmante ver cómo estos mismos líderes tóxicos perpetúan este ciclo al seleccionar y promover a otros con características similares, creando así una cultura organizacional toxica.
La baja tolerancia a la frustración es otra faceta preocupante de esta problemática. Los directivos que recurren a la violencia y la agresividad a menudo son tratados con una tolerancia excesiva, justificando su comportamiento como simplemente «tener carácter».
Esta complacencia puede llevar a la desintegración de los equipos y a un ambiente laboral disfuncional. Lo más preocupante es que esta tolerancia parece aumentar cuando los resultados a corto plazo son favorables. Resalto la afirmación de a corto plazo porque estas actitudes solo tienen resultados a corto plazo.
Los líderes tóxicos pueden creer que su comportamiento destructivo es aceptable siempre y cuando sigan produciendo resultados, sin importar el costo humano involucrado. Es fundamental que las organizaciones reconozcan este problema y tomen medidas para abordarlo.
La excusa del estrés o la urgencia en el trabajo ya no puede justificar el mobbing y la destrucción del bienestar de los empleados. Es hora de poner fin a la cultura de la tolerancia hacia los líderes tóxicos y crear un entorno laboral más saludable y productivo para todos.»
Por eso hoy me gustaría tomar consciencia sobre 3 frases que son la coartada de este tipo de actitudes y comportamientos.
1.- “Es una persona con carácter”
Deberíamos de entender una persona con carácter, como esa persona que se crece ante las adversidades, que lidera a un equipo y les traza un rumbo, o que es una persona con los criterios claros y ejecuta dichos criterios para conseguir los objetivos.
Pero creo que todos sabemos que cuando pronunciamos la frase de “es una persona con carácter” nos referimos a otra cosa. En concreto a una persona que es poco tolerante, que interactúa con malos modos y que puede llegar a ser hiriente. Lo que se ha conocido coloquialmente por una persona “borde”.
La afirmación “Es una persona con carácter” es la denominación elegante de es una persona tóxica. Siento decir, que desde mi punto de vista tener carácter, ser exigente, etc… No está reñido con la educación o el respeto.
2.- “Esta persona es así”
La segunda frase que sirve como forma de hacer una marca blanca de la toxicidad, es la de “esta persona es así”. ¿Qué significa es así? ¿Qué nos tenemos que resignar? ¿Qué tenemos que tolerar ciertas actitudes hirientes?
¿Dónde está el límite de tolerancia entre lo que son y lo que deberían ser? Cuando se pronuncia la frase de “esta persona es así” significa que todo el mundo sabe cómo es. Cuando digo todo el mundo es todo el mundo, por tanto la empresa, su dirección, su departamento de RR.HH también lo sabe.
Algunas personas actúan de forma inconsciente, realmente no saben o no se dan cuenta de lo tóxicas que son. Otras sí que son conscientes. Con las primeras quizás un curso de liderazgo puede ser suficiente, con las segundas la única opción es relegarlas del puesto.
3.- “Hay que aceptarlo/a como es”
El concepto de aceptación es un concepto que practicándolo te libera. Todo lo que aceptas te libera, todo lo que no aceptas te somete. ¿pero qué cosas tenemos que aceptar? Tenemos que aceptar todo aquello que no tenemos más remedio que aceptar porque sea inevitable. Una enfermedad, una deficiencia física, un accidente o algo inesperado.
Pero hay cosas que no tenemos por qué aceptar ya que son cosas evitables y que no se tienen que vivir. Una persona puede perder los nervios en un momento determinado y ser hiriente y mal educado, pero no puede ser hiriente y mal educado siempre. Una primera vez lo aceptas y lo disculpas, pero si ocurre siempre ya se trata de algo que no tenemos que aceptar ni tolerar.
Cuando las actitudes tóxicas o esporádicas se convierten en lo habitual de forma irremediable hay que ponerle fin.
Queridos amigos del blog!!
Cuando pronunciamos algunas de las 3 frases que hoy hemos comentado estamos dando manga ancha a las culturas tóxicas y al mobbing. Los conocimientos técnicos y la experiencia no puede ser los únicos criterios para poner a personas a liderar equipos.
No todas las personas pueden liderar. Hay personas que, con el tiempo, la experiencia y las ganas pueden ser unos grandes líderes. Pero hay otras que no tienen el talante necesario para conseguir de sus colaboradores los mejores frutos.
La toxicidad es un cóctel con ingredientes como la falta de educación, actitudes hirientes, conductas egocéntricas, etc…
Hoy voy a terminar con un vocabulario ordinario y soez; pero lo voy a decir. Las personas con actitudes de mierda son personas de mierda. O lo que es lo mismo, todas las personas de mierda tiene actitudes de mierda. Con este tipo de personas cuanto más lejos de ellas estés, ¡mejor!.
Feliz semana!!!!