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7 Etiquetas de colaboradores en función de su actitud.

Queridos amigos del blog!!

En el día de hoy vamos a hablar de empleados o de colaboradores. Si eres una persona que desempeñas un puesto y esperas desempeñar un puesto liderando personas, este post te interesa. Te interesa porque vamos a hablar de que actitudes tienen en determinados momentos los colaboradores.

Digo en determinados momentos porque las personas no actúan igual siempre. Los factores profesionales, personales, familiares, etc… Influyen en nuestro estado anímico. Y las personas a lo largo de una vida pasamos por muchas fases y por muchas etapas.

Cuando se lidera un proyecto profesional, lo más difícil de liderar de cualquier proyecto es liderar de forma eficaz las personas. Con las personas 2 y 2 no son 4. No son matemáticas exactas. De ahí su complejidad.

Por eso, en los equipos de trabajo cada persona es distinta, y lo que es peor aún cada persona y cada día puede ser distinta. Las personas cambian, a lo largo del tiempo tienen distintas inquietudes, distintas metas, distintos puntos de vista, etc. Las personas no siempre vemos la vida igual. Estoy seguro de que hay muchos puntos de vista que tienes ahora que han cambiado sobre los que tenías sobre ese mismo hecho hace 10 años. Si sigues teniendo los mismos puntos de vista en todo… Preocúpate porque entonces tu evolución ha sido cero.

Por todo esto que comento, hoy quiero hablarte de las 7 etiquetas más comunes que vas a encontrarte en tus colaboradores cuando estés liderando un equipo de trabajo. Creo que conocer estas “etiquetas” de tus colaboradores puede ser una buena herramienta para entenderlos y para liderarlos.

Estas 7 etiquetas son;

Empleado Proactivo:

Cuando un colaborador está en modo proactivo es una de las mejores actitudes que nos podemos encontrar. Es un estado que hace que esa persona tenga Iniciativa, entusiasmo, y que esté dispuesto a asumir responsabilidades adicionales.

Disponer de este tipo de colaborador contribuye a tener una persona que busca constantemente formas de mejorar y agregar valor al equipo y a la empresa. Como todo en la vida, un colaborador proactivo en su justa medida es un colaborador ideal, si se pasa de rosca y se extralimita entonces podemos tener un problema.

 

    Empleado Pasivo:

En el vértice contrario al trabajador proactivo tenemos el trabajador pasivo. Este es un trabajador con falta de iniciativa, complacencia y que evita asumir responsabilidades adicionales.

Su forma de contribuir es tan solo limitándose a realizar las tareas asignadas, pero no busca activamente oportunidades para mejorar o avanzar. Es el típico trabajador que simplemente va a cumplir. En estos casos te tocará como líder intentar convertirlo en un colaborador activo. Para esto entre otras muchas cosas deberás de otorgarle confianza y autonomía.

 

    Empleado Colaborador:

Este es un trabajador que no asume el rol de liderazgo pero que trabaja bien en equipo, comunica eficazmente y está dispuesto a apoyar a otros.

Su contribución al equipo es buena ya que fomenta un ambiente de trabajo positivo y contribuye al éxito del equipo. Es un trabajador que no asume ningún liderazgo, pero que podría hacerlo si quisiese con facilidad.

 

    Empleado Conflictivo:

Es el trabajador que está en el polo opuesto al colaborador, se trata de una persona que genera conflictos, tiene falta de cooperación y una actitud negativa.

Su contribución es negativa y afecta negativamente la moral del equipo además crea tensiones en el entorno laboral. Siempre busca candidatos para que se sume a su causa, que no es otra que el conflicto por el conflicto. Este tipo de trabajadores difícilmente se reconducen.

Estos trabajadores terminan saliendo de los equipos y de las empresas. Recuerda que te contratan por tu talento y te despiden por tu talante.

    Empleado Motivado:

Es un empleado con una alta energía, con motivación intrínseca y que busca constantemente desafíos.

Su contribución es con un aporte de entusiasmo y dedicación, además esta actitud suele inspirar a otros miembros del equipo. La motivación se contagia y tener a una persona motivada hace que arrastre al entusiasmo al resto del equipo.

 

    Empleado Desmotivado:

Lógicamente es el lado opuesto del empleado motivado, tiene falta de interés, apatía y baja energía. No solamente no contribuye en el ámbito personal, sino que contribuye negativamente ya que su desmotivación afecta al rendimiento general del equipo y la moral en el lugar de trabajo.

Así como comentaba que los empleados conflictivos son difíciles de reconducir, los empleados desmotivados pueden y deben ser reconducidos.

 

    Empleado individualista o solitario:

Se trata de ese colaborador que va por libre, que prefiere trabajar de manera independiente, confiado en sus habilidades. Pero también normalmente se da porque son personas con limitaciones sociales y para relacionarse.

Su contribución es buena en cuanto a que realiza bien las tareas individuales, pero tiene dificultades en la colaboración con los demás. En las formas de trabajo actuales no tiene cabida estas actitudes. Las personas así sólo sobreviven si tienen una competencia técnica muy alta. No interactúan, son el bicho raro y simplemente se limitan a aportar un trabajo técnico de forma individual.

 

Queridos amigos del blog!!!

Estas etiquetas o actitudes de las que hemos hablado hoy son las etiquetas más comunes, pero hay tantas etiquetas como personas. Las organizaciones evolucionan, sus formas de trabajar también. En el pasado la balanza de las preferencias se declinaba principalmente hacia los conocimientos técnicos. En la actualidad las preferencias son otras.

Las organizaciones y las propias personas apuestan por los grupos de colaboración, por los equipos multidisciplinares y por la especialización.

Si tu posición es la liderar un equipo de trabajo, tu misión es dirigir al colaborador hacia la etiqueta correcta. ¡Mucho ánimo!

Feliz semana!!!