Cuando decimos eso de voy a pensar… En realidad lo que hacemos es formularnos preguntas. ¿Habías pensado alguna vez que pensar es hacerte preguntas continuamente?. ( en estos momento estarás pensando y formulándote la pregunta de ¿me estoy haciendo una pregunta?). Y es que pensar es eso simplemente formularse preguntas. Pero… ¿Dónde está la diferencia por ejemplo entre una persona de éxito de otra que no lo tiene?. La diferencia está en que una persona de éxito cuando piensa se formula mejores preguntas.
Muchas preguntas son rutinarias y vienen inculcadas por creencias estandarizadas en nuestra mente. Albert Einstein decía que para obtener resultados distintos hay que hacer cosas distintas, pues bien para conseguir cosa distintas hay que formularse preguntas distintas. La calidad de esas preguntas será directamente proporcional a la calidad de la vida y consecución de objetivos que tengas en ella.
Un coach es una persona que te acompaña a la consecución de objetivos, pues bien su labor principal es hacer que te formules buenas preguntas. Por eso nuestros clientes nos contratan, para no quedarse estancados y poder formularse esa pregunta que le ayudará a cumplir su objetivo.
Muchas veces las personas entramos en un dilema, blanco negro, rápido lento, bueno malo, es ese adquirido pensamiento binario que nos deja en un cruce de dos caminos. Pero si no nos detuviésemos ahí y fuésemos capaces de intentar seguir haciendo preguntas, buenas preguntas, abriría la posibilidad de nuevos caminos. Hacerse más preguntas da la posibilidad de un tercer camino, seguir haciéndose preguntas abre la posibilidad de un cuarto, un quinto, un sexto y así sucesivamente.
El post de hoy quisiera utilizarlo para ayudarte a realizar auto-coaching, vamos a plantearte preguntas que te permitan ser una mejor versión, no son preguntas del otro mundo, son muy sencillas, pero no te las planteas nunca y por eso mucho de tus días son iguales y lo que es peor, tus días son igual de malos, sin avanzar, sin tomar consciencia de que podrían ser mejores.
¿ Que pasaría si terminases tu día con estas cinco simples preguntas?
1.- ¿De qué manera he contribuido hoy?
Utiliza esta pregunta para evaluarte, como he contribuido en mi trabajo, con mis compañeros, con mi familia, con mis amigos o incluso conmigo mismo. ¿Me levanté por la mañana con la actitud de ir a cumplir con mis compromisos o con la voluntad de darlo todo?
2.- ¿Qué he aprendido hoy?
Si te formulas esta pregunta descubrirás que hay muchas enseñanzas en pequeños detalles que pasan desapercibidos, porque tenemos el foco puesto en otras cosas. La vida te da la posibilidad de aprender cada día. Tomando consciencia de ello anclarás ese aprendizaje.
3.- ¿Qué ha funcionado hoy?
Al no realizarte esta pregunta es muy probable que pases por alto muchas cosas que salieron bien a lo largo del día, planteándote esta pregunta descubrirás fantásticos logros diarios, de mayor o menor medida, pero que al tomar consciencia van directos a llenar el vaso de tu autoestima.
4.- ¿Qué no ha funcionado hoy?
Si no te formulas esta pregunta, al día siguiente volverás a cometer el mismo fallo, tropezarás en la misma piedra y te lamentarás por cualquier circunstancia vital que no te gusta pero que no cambiaste a pesar de haber pasado por ello anteriormente.
Enumera todo lo que no ha funcionado para poder hacerte la quinta y última pregunta.
5.- ¿Qué se puede mejorar?
Es el momento de cambiar todo aquello que no ha funcionado en el día. Hazte preguntas, buenas preguntas y plantéate un abanico de posibilidades ( más de dos) para mejorar todo aquello que no ha funcionado.
Esta pregunta te permite estar en mejora continua, creciendo, sintiéndote más realizado, sintiéndote más útil para ti y para los demás.
Estas simple 5 preguntas te permite ser cada día una mejor versión de ti mismo.
¡No te prives de ellas! Son gratis, pero a veces no planteártelas te pueden costar muy caro.
Feliz semana!!