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El hábito de no escuchar; 5 errores que no nos permiten escuchar.

Quizás el hábito de escuchar sea el mensaje que más se nos ha intentado inculcar a los seres humanos a lo largo del tiempo. Aun así seguimos sin hacerlo. El no escuchar nos limita en muchos sentidos, empeora nuestras relaciones y nos hace ser una mediocre versión de nosotros mismos.

Fijaros si hace tiempo que nos intentan inculcar el hábito de escuchar, que ya el filósofo Zenón hace más de dos mil años comentó aquella famosa frase que seguro habrás escuchado en algún momento de “tenemos dos orejas y una sola boca porque tenemos que escuchar más y hablar menos”. Pero el problema es que seguimos sin hacerlo.

Hay muchas personas que creen que escuchan pero realmente no lo hacen, no al menos desde una escucha activa. Por eso en el post de hoy vamos a tomar consciencia de que conductas tenemos y que no nos está permitiendo tener una escucha activa.

Los 5 errores más comunes son;

 

Interrumpir a la otra persona cuando está en pleno discurso.

Tenemos la manía de interrumpir. Queremos contestar y rebatir cualquier frase. Pero no nos preocupamos de escuchar para entender sino tan solo para contestar.

No esperamos a que la otra persona termine su intervención sino que queremos rebatir desde la falta de reflexión y entendimiento. Normalmente cuando interrumpimos tememos una actitud de dialogo a la defensiva. Las personas que interrumpen se defienden de algo y no tienen la paciencia de esperar a que la otra persona termine de hablar. Nuestro conocido ego no nos deja. El no interrumpir permite una verdadera exposición de ideas, permite una mejor oportunidad al entendimiento. Toma consciencia de esto y no interrumpas.

 

Contaminar la escucha con nuestros propios pensamientos.

Otras veces somos protagonista de la falsa escucha. Es esa posición en la que parece que estamos escuchando, pero no nos permitimos escuchar con pensamientos propios, por ejemplo contándonos lo que vamos a contestar, argumentando normalmente nuestra defensa ante lo que la otra persona nos argumenta.

Por tanto cuando esto ocurre, tenemos a dos voces hablando a la vez, la de la persona a la que deberíamos escuchar y a la voz de nuestro ego que nos cuenta su película para con el pretexto de defendernos no poder escuchar lo que realmente debemos escuchar.

Por favor ya que no estamos interrumpiendo vayamos un poco más allá, realicemos una escucha activa, intentando entender de verdad lo que la otra persona nos intenta contar.

 

Empobrecer nuestra atención con distracciones externas.

Son muchas las personas que se distraen y no se permiten realizar la escucha activa a la que antes hacía referencia. He visto como en ocasiones una persona que supuestamente estaba escuchando, distraía su atención con un mensaje de WhatsApp o cualquier otra red social, o lo que es peor ni siquiera había llegado un mensaje y mientras la otra persona estaba hablando estaba viendo fotos de Instagram , o cualquier otra plataforma.

Esta conducta aparte de ser contraproducente para una escucha activa, es una falta de educación y de consideración con la otra persona que está hablando sobre algo.

Por favor evitemos distracciones de este tipo cuando estemos hablando con otra persona, esto hará que la otra persona perciba nuestra atención y eso sin duda ayuda al buen dialogo.

 

Mirar al otro interlocutor.

Al igual que con las distracciones del punto anterior no nos permite una escucha activa, el no mirar al otro interlocutor no nos está permitiendo tampoco realizar una escucha activa tal como pretendemos.

Al margen de que al no mirar a la otra persona, esta tiene la sensación de una falta de respeto y atención, estamos privándonos de no poder percibir el lenguaje no verbal. El lenguaje no verbal en muchas ocasiones es tan importante o más que el lenguaje en sí.

Los gestos, la postura corporal, entre otras cosas, nos van a dar datos que pueden ser relevantes para entender aún mejor el significado de lo que nos quieren contar.

Queridos amigos la escucha activa es también con los ojos, con la mirada, con la atención a los pequeños detalles que pueden ser importantísimos en determinados momentos para poder tener el verdadero significado de lo que nos están contando.

 

Analizar el mensaje.

Debemos analizar e incluso empatizar con el mensaje para realmente comprenderlo y poder actuar o responder en consecuencia.

Solo cuando hemos comprendido el mensaje e incluso haber encontrado la justificación de la argumentación podremos estar plenamente capacitados para poder contestar o tomar una buena decisión en función de lo que hemos entendido o interpretado.

No se puede contestar a una sola frase, como hacemos cuando interrumpimos. Se debe contestar al conjunto del mensaje, haciendo alusión a posibles frases determinadas que queramos rebatir, claro que sí, pero no podemos contestar a mensajes sesgados que no son el significado de un todo sino solo una parte.

 

Queridos lectores del post, os propongo el reto esta semana de tomar consciencia de cómo es nuestra escucha en las conversaciones que tengamos esta semana. Intentemos darnos cuenta de estos 5 errores comunes que comentemos al dialogar. Os aseguro que disfrutareis más de las conversaciones que abordéis. Y no solo las disfrutareis sino que conseguiréis mejores resultados de todas ellas.

Feliz semana!!!

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