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Las 3 conductas principales con las que tus colaboradores van a valorar tu integridad.

Queridos amigos del blog!!

Como ya muchos sabéis mi segundo libro lo titulé “Empresa; guerra de egos” y lo titulé así porque después de tantos años en recursos humanos creo que acierto si digo que las empresas la mayoría de las veces son espacios de convivencias con luchas entre personas intentando conseguir los caprichos de su ego.

En el mundo empresarial necesitamos tomar decisiones continuamente. Y entre las distintas opciones de las decisiones que tomamos siempre podemos elegir entre ser justos o no serlo, ser éticos o no serlo, ser íntegros o no serlo… Muchas veces se traspasan líneas rojas, personales y colectivas. La vulneración de esas líneas rojas va a determinar nuestra integridad.

La integridad de un directivo va a depender de cómo actúa ante las circunstancias que van surgiendo en su desempeño. De como perciban tus colaboradores esas acciones va a depender tu reputación como líder.

Cuando interactuamos con más personas y principalmente en el ámbito laboral debemos de estar muy alerta ya que hay como decía líneas rojas tentadoras. Tentadoras para los intereses personales, incluso tentadoras para los intereses organizacionales.  Muchos mandos tienen el mantra en su cabeza de que el fin justifica los medios. Las personas que tienen y cumplen este mantra normalmente evolucionan profesionalmente solo en el corto plazo.

Hoy vamos a hablar de las 3 conductas principales con la que tus colaboradores van a valorar tu integridad. Puedes pensar que tu integridad no es relevante, pero creo que si lo es. Es tan relevante como hasta el punto de determinar tu vida.

Estas 3 conductas de la que hablamos hoy son;

El respeto a sus compromisos.

Resulta primordial que los colaboradores perciban que el directivo o jefe hace esfuerzos de buena fe por cumplir sus compromisos. Tanto explícitos como implícitos.

Las conductas de un jefe tienen una evaluación continua por parte de sus colaboradores. Cuando un líder no cumple los compromisos con sus colaboradores, su integridad queda en tela de juicio.

La credibilidad de un líder va a ser medida principalmente por el nivel de cumplimiento que tenga con sus compromisos. El equipo tiene que sentir que lo que dice que se va a hacer se cumple. También tienen que percibir que el líder da prioridad al cumplimiento de los compromisos con el equipo.

Por ejemplo, hay jefes que no se toman en serio las convocatorias de reuniones, las aplazan, llegan tarde o ni siquiera llegan a convocarla cuando anteriormente dijo que esa reunión iba a existir.

Los colaboradores tienen un límite de paciencia, y puedes fallarle alguna vez, pero no de forma recurrente, porque tu credibilidad y tu integridad frente al grupo puede quedar herida para siempre.

 

La trasparencia.

Tu equipo estará a tu lado siempre que tengan la visión de que eres trasparente con ellos. Cuando tú actitud no sea trasparente con el grupo dejarán de pensar que eres honesto con tus actos y en concreto con todos ellos.

Ellos saben y entienden tu posición en la empresa, saben que tu posición implica tomar decisiones a veces contrarias a sus intereses. Eso lo entienden y lo aceptan. Pero no van a entender y aceptar que el comportamiento del jefe no sea trasparente y honesto en sus acciones y conductas.

Manipular la información, incluso ocultarla o no informar de asuntos que les incumben directamente son algunas de las conductas que impiden la transparencia que demanda el grupo. Cuando esto lo detectan aflora una falta de confianza que dinamita la cohesión del grupo y que resulta muy difícil volver a recuperar.

La confianza es algo muy fácil de perder y muy difícil de recuperar. Además, es un binomio. La confianza es uno o es cero. Se tiene o no se tiene. Cuando se dice no confío mucho en tal persona significa que en realidad no confías.

 

El comportamiento no oportunista.

Yo creo que todos hemos tenido alguna vez un superior oportunista. Que se pone medallas cuando las cosas salen bien y que echa culpas o evita responsabilidades cuando las cosas salen mal.

Cuando un jefe no asume la responsabilidad independientemente de cuál sea el resultado hace que el grupo de colaboradores vean con toda claridad la integridad del jefe con respecto al equipo.

Cuando se tiene un puesto directivo, son muchas las veces que la persona que lo ejerce se encuentra en una posición de ventaja. Si la persona utiliza su puesto para conseguir cualquier ventaja personal, esta ventaja la va a conseguir, pero quedará retratado ante su equipo.

Son muchos los trepas que se sirven de grupo, y escalan y ascienden de forma rápida. Las empresas tienen el defecto de valorar tan solo los resultados y estos suelen ser buenos a corto plazo. Por eso escalan rápido y queda sin descubrirse la verdad.

La integridad de este tipo de jefes es escasa o nula, no tienen escrúpulos en hacer lo que tengan que hacer si es bueno para sus intereses. Pero el grupo no es tonto y esto lo detectan rápidamente.

Queridos amigos del Blog!!

A lo largo de una vida laboral va a ser muchas veces las que te encuentres en un trabajo con jefes con poca o nula integridad. Ser jefe no es nada fácil. Los jefes tienen que elegir continuamente tomar decisiones acordes a unos valores u otros. Acordes en definitiva a ser íntegros o no serlo.

La tentación es alta, ya que en definitiva consiste en colmar los intereses propios o los del equipo o incluso los de la organización.

Si eres directivo o mando intermedio pon atención a estas 3 conductas de las que te hablé hoy, ya que puedes no ser consciente y acometerlas incluso sin mala intención. Ser integro es siempre el resultado de una elección.

Feliz semana!!